Con un sol abrasador y un viento caprichoso, Charles Leclerc ofreció este domingo en Austin una carrera de una intensidad poco vista para Ferrari este año. Partiendo desde la tercera posición, el monegasco se atrevió con un movimiento audaz al salir con las gomas blandas, mientras la mayoría de sus rivales apostaba por los medios o los duros.
Un riesgo asumido desde los primeros metros: Leclerc saltó al inicio, se coló por dentro de la curva 1 y se hizo con la segunda posición por delante de Lando Norris. Una jugada que marcó el tono de una carrera de ataque constante y que le valdrá ser designado como “Piloto del día” por los aficionados al final del Gran Premio.
«Estaba un poco preocupado al ver que era el único en el top 10 con blandas, sabía que era arriesgado», confesó Leclerc tras la llegada, tercero. «Pero intentamos este golpe para lograr aire libre. Y, para ser sincero, me lo pasé muy bien dentro del coche. Disfruté.»
Una defensa impecable frente a Norris
Detrás de un Verstappen imperial, Leclerc sostuvo durante largas vueltas a un Lando Norris decidido a recobrar su puesto. Durante unas veinte vueltas, la batalla mantuvo al público en vilo: frenadas tardías, defensas milimétricas, adelantamientos cruzados… Leclerc ofreció un verdadero curso de pilotaje defensivo, colocando su Ferrari con una precisión casi quirúrgica.
Finalmente, Norris logró abrirse paso, aunque a costa prematura del desgaste de su neumático delantero izquierdo. Pero el daño ya estaba hecho: el monegasco dejó claro en el paddock que sigue siendo uno de los pilotos más completos e incisivos de la parrilla.
«Fue una buena pelea con Charles, fue muy duro pero siempre justo», reconoció Norris tras la carrera. «Realmente pilotó muy bien. Fue divertido, duelos hermosos.»
La Scuderia dio un golpe de efectividad llamando a Leclerc para una única parada, calzando médios para llegar a la meta. Leclerc recuperó su lugar en el podio tras un relevo sólido, aprovechando el error en el pit stop de Norris para volver a rodar con aire libre. Con Lewis Hamilton en cuarta posición, Ferrari terminó sacando una buena cantidad de puntos y recuperando una coherencia estratégica que ya no parecía tan presente en las últimas carreras.
El veredicto del público no dejó lugar a dudas en este sentido.
Una decisión que premiaba tanto su audacia estratégica como su defensa heroica y la finura de su pilotaje en una pista a 45 °C.
Bajo el casco, Leclerc parecía relajado, en sintonía consigo mismo, saboreando por fin el sencillo placer de luchar por las posiciones de punta.
En la sala de descompresión, Verstappen se acercó a él con una palabra de admiración: «¿Lo has hecho bien, no?», le soltó el tricampeón. «Me sorprendió ser el único con blandas», respondió Leclerc sonriendo. «Esta pista es perfecta para pelear», agregó al repasar las imágenes de su duelo con Norris.
Un podio que vale mucho más que simples puntos
Tercero en la llegada, Leclerc firma su noveno podio de la temporada y confirma la buena forma que parece haber recuperado tras un bache.
Más allá del resultado bruto, es su estilo —audaz, limpio e inspirador— lo que conquistó el corazón de los aficionados.
En un fin de semana donde Verstappen volvió a despegar, el monegasco recordó que sigue siendo uno de los pocos capaces de ofrecer espectáculo en la cumbre.
«Hicimos un montaje de riesgos, nos atrevimos, y valió la pena», resumió.
