Catorce pole positions en su palmarés, pero esta última tiene un sabor especialmente marcado. En la Ciudad de México, Lando Norris concedió a McLaren su primera pole en el circuito Hermanos Rodríguez desde 1990. Y, sobre todo, volvió a experimentar esa sensación tan inusual esta temporada: la de una vuelta perfecta.
« No sé muy bien cómo lo hice », admitió Norris en la conferencia de prensa, todavía sorprendido tras su actuación. « La vuelta me pareció correcta, pero cuando vi 1:15,5 en la pantalla del volante, me llevé una grata sorpresa. »
El británico dominó la Q3, logrando casi seis décimas de margen entre sus dos intentos y estableciendo un crono que dejó a Ferrari sin respuesta. « Simplemente frené un poco más tarde en algunos sectores, me arriesgué un poco más en las curvas rápidas. A menudo, cuando hago mis mejores vueltas, ni siquiera sé cómo lo hago. Cuanto menos sé, mejor lo hago », sonrió.
Esta pole es la primera para McLaren en México desde Gerhard Berger, hace treinta y cinco años, y la primera de Norris desde Spa.
El sabor recuperado de la confianza
Durante varias carreras, el piloto británico ya había hablado de una vuelta a la confianza al volante que iba tomando forma poco a poco. Su inicio de temporada estuvo marcado por dificultades para domar el tren delantero de la MCL38, a veces inestable y exigente.
« Es difícil de cuantificar, pero el equipo ha trabajado muchísimo para brindarme un coche más acorde a mi estilo », explicó Norris. « En algunos fines de semana, en Singapur, tuve la sensación de revivir el inicio de la temporada: nada de confianza, ninguna sensación en el tren delantero. Hoy todo se ha colocado en su sitio. »
El trabajo en los talleres —tanto a nivel técnico como mental— parece estar dando frutos. « No me gusta buscar excusas. Mi trabajo es pilotar el coche que nos dan, sea bueno o malo. Si voy lento, es porque no he hecho bien mi trabajo. »
Una carrera por venir, bajo tensión
Ahora toca transformar esta pole en victoria, algo que nunca es sencillo en México. Con la recta más larga del calendario hasta la curva 1, Norris sabe que la salida será decisiva.
« Vamos a revisar todo esta noche con los ingenieros. Es una sesión larga, y no sé exactamente dónde vamos en velocidad punta frente a los Ferrari. Ya veremos mañana. »
En lo que respecta a la estrategia, el británico se muestra sereno a pesar de las dudas sobre el comportamiento del neumático medio: « El ritmo en el long run es bueno, como el año pasado. Si mantengo la concentración, debería salir bien. »
Al bajar de su coche, Norris soltó un « What a lap! » lleno de emoción. Y se entiende. En la Ciudad de México, el británico volvió a encontrar esa química entre piloto y máquina, ese instante en el que todo encaja. « Fue natural, como en Mónaco. Este tipo de vuelta que sale solo. »
A la víspera del Gran Premio, sabe que la mitad del trabajo todavía está por hacer. Pero una cosa está clara: el Norris seguro de sí mismo, preciso e inspirado ha regresado. Su compañero de equipo, Oscar Piastri, octavo en la parrilla de salida y que continúa liderando el campeonato de pilotos, ya sabe que viene un reto importante…
