< p>En McLaren, manejan con la misma maestría la comunicación que el silencio estratégico. Tras el roce entre Lando Norris y Oscar Piastri al inicio del Gran Premio de Singapur, lo lógico era esperar una aclaración interna. Y efectivamente, Norris reconoció haber recibido “repercusiones hasta el final de la temporada”. Pero cuando toca revelar su naturaleza, Zak Brown se mantiene impasible: ni palabra ni detalle.
< p>Todo tuvo lugar en la primera vuelta en Marina Bay. Norris golpeó la parte trasera del Red Bull de Verstappen y rebotó contra la McLaren de Piastri. Un pequeño choque de casa, que no hizo sonreír al australiano, quien no tardó en hacerle saber por radio: “No fue muy espíritu de equipo… Entonces, ¿estamos de acuerdo en que Lando me empuje simplemente fuera de la trayectoria?” El ambiente bajo las palmeras de Singapur era eléctrico.
< p>Preguntado antes del Gran Premio de Estados Unidos, Zak Brown justificó con serenidad su decisión de mantener las sanciones en secreto: “Competimos contra nueve equipos más, y no creo que sea prudente mostrar nuestra mano sobre cómo gestionamos las cosas. Procuramos ser lo más transparentes posible, pero hay una razón por la que los informes técnicos quedan internos —de lo contrario, sería invitar a los demás equipos a asistir”.
< p>En resumen: los asuntos de familia se mantienen en casa. Y no se va a revelar la receta del éxito. “Hemos sido transparentes al decir que se tomó una medida, y eso ya demuestra cierta claridad. Pero al fin y al cabo estamos en un ámbito deportivo y no podemos contarle todo a todos, ni hacer públicas nuestras hojas de ajustes.”
Las famosas Reglas Papaya
< p>Desde principios de temporada, Norris y Piastri siguen un código de conducta interno conocido como las “Reglas Papaya”, en alusión al color icónico de McLaren. Una carta que, según Brown, “ha cobrado vida propia” —demostración de que el público disfruta seguir las disputas internas casi tanto como los podios. “Simplemente queremos asegurarnos de que, aun peleando duro, no se golpeen entre sí, porque eso pondría en riesgo a los dos pilotos y al equipo. Durante la pausa de fines de año, acordamos cómo gestionar ciertas situaciones.”
< p>Con Singapur en mente, Brown suaviza la postura: no hubo drama. “Fue un incidente menor en el inicio de una carrera. Esos momentos son caóticos, la pista estaba mojada, obviamente no fue intencional. Por eso definimos con ellos diferentes consecuencias según la gravedad de cada situación. En ese caso fue un roce leve, así que la consecuencia fue mínima.”
En resumen, no hubo una reprimenda severa, solo un recordatorio —versión Papaya.
McLaren mantiene el rumbo
Cuando un periodista insistió en saber qué forma había tomado esa sanción tan misteriosa, Brown cerró la discusión: “No, no queremos entrar en esos detalles. Es un tema privado entre nosotros. Sé que la gente tiene curiosidad, pero ambos pilotos están con una muy buena disposición, y nuestra prioridad es permitirles seguir disputándose la carrera de forma limpia.”
¿El misterio terminó? No del todo. El paddock continúa especulando: algunos apuestan por una sesión de video al estilo VAR, otros por una cena de equipo algo incómoda. Pero, sea como sea, Norris y Piastri parecen haber dejado atrás el asunto, concentrados en completar la temporada y en sumar podios. Y, sobre todo, en luchar por el título mundial. Solo 22 puntos separan a ambos, con el australiano liderando.
