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Esteban Ocon y Alpine: una separación tensando las relaciones

Un comienzo lleno de promesas que luego se tornó en una relación difícil y problemática. En 2021, Esteban Ocon se incorporó al equipo Alpine con grandes sueños y expectativas. En ese momento, el conjunto francés se encontraba en plena fase de reconstrucción, con la intención de convertirse en la principal referencia del automovilismo en su país. Desde su debut en la escudería, el piloto nacido en Francia demostró su talento, logrando en Budapest su primera y, hasta ahora, única victoria en la Fórmula 1. Todo parecía indicar que el camino sería de éxito para él y para la estructura que representaba.

Sin embargo, a medida que pasaron los años, la relación entre piloto y equipo empezó a deteriorarse. La ilusión inicial fue diluyéndose y, en la temporada de 2024, la situación se volvió insostenible. La competencia en pista empezó a decaer, la estabilidad interna se vio amenazada y los desacuerdos estratégicos entre Ocon y su escudería se intensificaron. Lo que en un principio parecía una alianza prometedora, pronto se convirtió en una fuente de conflictos y malentendidos.

“Era evidente que ya no compartíamos los mismos objetivos,” confesó Ocon. “Nuestros caminos se estaban separando. Hubo tantos desacuerdos que lo hicieron insostenible.”

El momento de ruptura: 2024, un año que marcó un antes y un después

El 2024 se convirtió en la temporada que selló la ruptura definitiva, tanto en la pista como fuera de ella. La escudería Alpine empezó a perder competitividad, sin avances técnicos significativos y con un desarrollo que se estancaba. Ocon sintió que sus aportes y experiencias ya no eran considerados con la atención necesaria. La situación se complicó aún más cuando notó que, en varias ocasiones, se le ponían obstáculos frente a su compañero Pierre Gasly, a través de órdenes en las decisiones del equipo que fueron cuestionadas severamente.

“El desarrollo del coche no avanzaba, y mis aportes no eran escuchados,” lamentó.
Estas tensiones se trasladaron a la pista, donde múltiples roces entre los dos pilotos franceses evidenciaron un vínculo que se había vuelto conflictivo y poco productivo. En este contexto, la determinación de Ocon fue firme: dejaría Alpine al concluir la temporada. La decisión ya estaba tomada y, en 2025, se unirá al equipo Haas, marcando así un final anunciado que, para él, llevaba tiempo gestándose.

Un adiós sin la ceremonia que merecía

Pero la despedida no fue como la que habría deseado. Para sorpresa de muchos, Alpine decidió no dejar que Ocon disputara su última carrera en 2024, optando en su lugar por colocar al joven Jack Doohan en su lugar en el Gran Premio final del año. La razón oficial de esta decisión fue de carácter estratégico, argumentando que la escudería temía que Ocon pudiera filtrar información técnica sensible a su futuro equipo. Sin embargo, para el piloto de 28 años, esta forma de proceder dejó un amargo sabor de boca. No hubo un ciclo de despedida digno ni un acto de gratitud oficial por parte de la estructura.

“Me hubiera gustado cerrar esta etapa de otra manera. Quiero borrar ese capítulo de mi memoria,” afirmó con tono decidido.

Una separación que revela el malestar interno en Alpine

La experiencia de Ocon refleja claramente las dificultades internas que vive Alpine. La escudería atraviesa una temporada complicada, con resultados modestos — apenas 11 puntos en el campeonato — y enfrentándose a cambios de liderazgo y llegando incluso a la incorporación del controvertido Flavio Briatore con la finalidad de reactivar su rendimiento. La crisis interna parece no tener fin, y la situación continúa siendo un reflejo del momento de incertidumbre por el que pasa la estructura francesa.

Sin embargo, Ocon evita cargar toda la culpa a su antigua escudería:

“Están en la parte trasera de la parrilla, pero en Fórmula 1, todo puede cambiar en cuestión de un fin de semana. No los subestimo,” afirmó con optimismo. Aunque asegura sentirse “bastante bien en Haas”, mantiene un afecto especial hacia Alpine. “Siempre tendrá un lugar muy especial en mi corazón. Gané mi primera carrera allí, y eso siempre será parte de mí,” concluyó.

En definitiva, esta historia termina con un cierto aire de tristeza y una sensación de cierre a medias. Un capítulo que deja heridas visibles, cicatrices que tardarán en sanar, pero que al mismo tiempo refleja los cambios inevitables que enfrentan todos los protagonistas de este deporte.