Desde el año 2021, George Russell desempeña un doble papel en el mundo de la Fórmula 1. Por un lado, es piloto de Mercedes en las carreras, y por otro, ocupa el cargo de director de la GPDA (Asociación de Pilotos de Gran Premio), la unión sindical que agrupa a los corredores de la máxima categoría del automovilismo. En sus inicios, este segundo rol le había parecido más un gesto simbólico que una verdadera responsabilidad política; sin embargo, los recientes enfrentamientos con la FIA han transformado completamente esa percepción. El piloto inglés no oculta que esta labor se ha vuelto mucho más exigente y compleja de lo que había imaginado en un principio.
«No pensé que llegaría a estar tan involucrado en asuntos políticos con la FIA», admite Russell. «Al principio, pensaba que sería una colaboración sencilla. Pero ahora, la situación ha cambiado mucho.»
Un ambiente de tensión constante con la FIA
Uno de los puntos clave en esta relación conflictiva ha sido el polémico “fluchverbot” – una prohibición que impide a los pilotos expresarse libremente sobre ciertas causas u opiniones políticas. Esta decisión ha generado un clima de alta tensión entre Eberl Ben Sulayem, presidente de la FIA, y los corredores, lo que ha obligado a Russell a tomar una postura más activa y visible en la defensa de los derechos de los pilotos.
«Estos últimos 18 meses han sido mucho más complicados de lo que esperaba. Algunas sorpresas en la evolución de estos acontecimientos han sido realmente impactantes, incluso para mí», comenta Russell.
No obstante, este piloto no contempla abandonar en absoluto su papel, que se ha tornado cada vez más pesado. Todo lo contrario: lo ve como una responsabilidad fundamental, especialmente en un deporte que goza de una popularidad sin precedentes y que todavía tiene mucho por conquistar.
«Estamos navegando en una ola increíble, pero no hay que confiarse. Un solo error puede hacer que todo se desplome, como una torre de Jenga», advierte.
Una fraternidad entre los pilotos… y momentos muy divertidos
A pesar de las fricciones con la autoridad que regula la F1, Russell valora enormemente la unión que existe entre los corredores. Esa camaradería se refleja, en parte, en el famoso chat de WhatsApp que comparten los miembros de la GPDA, donde las conversaciones pueden ser tanto serias como divertidas.
«Es una mezcla de todo. Cuando la conversación se anima, los mensajes no dejan de llegar. Imaginen a Messi y a Ronaldo enviándose memes… ¡más o menos así es esto!» explica.
Este vínculo, casi fraternal, que une actualmente a los pilotos es algo bastante raro en un deporte de élite como este. Y Russell se considera uno de sus principales promotores.
«Por supuesto, hay relaciones más fuertes que otras, pero en conjunto formamos un grupo unido.» declara con orgullo.
El papel de la unión sindical en tiempos de auge global de la F1
Con la Fórmula 1 disfrutando de una popularidad sin precedentes en todo el planeta, la responsabilidad de mantener la cohesión entre los pilotos, defender su libertad de expresión y garantizar la estabilidad de la categoría se ha vuelto aún más importante.
Aunque inicialmente este rol no fue uno que George Russell hubiera imaginado para sí mismo, ahora lo acepta con plena convicción. Incluso, afirma, que se ha convertido en un compromiso que asume con total voluntad y determinación.
En definitiva, el piloto de Mercedes ha encontrado en esta faceta de liderazgo un desafío que le permite contribuir de manera significativa a un deporte en constante evolución, más vibrante y competitivo que nunca.