Max Verstappen finalizó en la cuarta posición en el Gran Premio de Bélgica, situándose justo por detrás de Charles Leclerc, sin lograr en ningún momento poner en aprietos al piloto de Ferrari. La frustración fue evidente en sus declaraciones, ya que el piloto neerlandés admitió que nunca tuvo la sensación de poder luchar realmente por el tercer puesto. Además, identificó una debilidad en su monoplaza: la gestión de los neumáticos.
Dificultades durante la carrera del domingo
Después de mostrar un rendimiento destacado en la carrera Sprint, en la que optaron por una configuración de baja carga aerodinámica, Red Bull cambió a un ajuste más cargado en carga aerodinámica para la carrera principal, anticipando que las condiciones serían de lluvia. Esta decisión tuvo un impacto directo en la velocidad punta, la cual Max Verstappen pudo aprovechar en la jornada anterior.
No obstante, las previsiones meteorológicas no se hicieron realidad y las condiciones climáticas complicaron la carrera. La competencia se retrasó en aproximadamente 80 minutos debido a una pista muy húmeda y a la mala visibilidad. Tras menos de 10 vueltas en pista con neumáticos intermedios, los pilotos tuvieron que cambiar a neumáticos lisos, en un escenario que claramente no favorecía a Red Bull.
Verstappen comentó al respecto: «Con los intermedios, éramos un poco más rápidos gracias a la configuración del coche». Sin embargo, añadió que era sumamente difícil adelantar. En un momento dado, estuvo muy cerca de Leclerc en Eau Rouge, pero la pérdida de carga aerodinámica al seguir a otro coche hizo que su monoplaza se volviera inestable, dificultando mantener la trazada correcta.
Al cambiar a neumáticos lisos, Verstappen reconoció que en cada vuelta parecía que Leclerc se alejaba aún más. «Charles cometió un error y perdió una segunda y media, lo que nos hizo pensar que había entrado en la pelea, pero en realidad, nunca sentí que tuviera posibilidades reales de pelear por la posición», afirmó.
Una estrategia que no rindió frutos
El piloto neerlandés también expresó su descontento con la elección del alerón trasero, que resultó ser casi inútil ante la rápida evolución de las condiciones meteorológicas. «Intenté luchar, pero gran parte de la culpa fue del alerón que elegimos. Finalmente, no pudimos rodar mucho en lluvia, y eso es una lástima, porque creo que habríamos podido aprovechar más la carrera. No fue lo ideal…», lamentó Verstappen.
Cuando se le preguntó cuál consideraba que era el verdadero problema, su respuesta fue clara: «El mayor inconveniente sigue siendo la gestión de los neumáticos durante la paso por pista. No estamos siendo lo suficientemente eficientes en ese aspecto».
Es importante destacar que la carrera Sprint del sábado había sido la primera victoria de Verstappen desde el Gran Premio de Emilia-Romagna en mayo, por lo que el resultado del domingo fue una especie de regreso a la realidad para el piloto.
Al evaluar el fin de semana en su conjunto, Verstappen expresó: «Obviamente, no es donde quiero estar, pero estamos intentando. Ayer, el resultado fue positivo, aunque no del todo realista, porque en realidad éramos más lentos. Hoy di todo lo que tenía».
Finalmente, concluyó diciendo: «En general, las decisiones que tomamos y la configuración del coche, especialmente el alerón, no nos ayudaron. En un escenario ideal, la tercera posición era nuestro máximo, pero esa situación no se dio hoy».