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Nicolás Minassian pasa de piloto a director deportivo.

Una referencia de la resistencia francesa. Diecisiete participaciones en Le Mans, una relación destacada con la Peugeot 908, y una trayectoria en numerosas competiciones alrededor del mundo… En definitiva, una carrera como piloto muy completa. Pero desde 2018, Nicolas Minassian forma parte de IDEC Sport y ha asumido el papel de jefe del equipo.

Hoy, con 36 años de experiencia en el mundo del automovilismo, prácticamente todo le resulta familiar. Su pasado como piloto le facilita enormemente la gestión del equipo y de sus pilotos. «Detecto cosas que un piloto no vería. Estoy aquí para eso: traducir al ingeniero lo que el piloto quiere expresar, sobre decisiones estratégicas, y extraer el mejor rendimiento posible del piloto. Sé lo que la escudería necesita para ser aún mejor», explica.

Una historia de presión

Gestión y pilotaje. Dos ámbitos radicalmente distintos. Dos mundos que exigen habilidades diferentes. Cuando se está al volante, la presión es mayor. Las expectativas son tan elevadas que el piloto debe esforzarse al máximo en cada giro. «Tenemos una auténtica espada de Damocles sobre la cabeza.» En cambio, en la gestión, esa presión y ese estrés se atenuan. «La gestión hay que amarla. Hay que hacer que todo funcione como en una orquesta y que todo se ejecute a la perfección. Requiere más trabajo. La presión es menor. Cuando era piloto, me subía al coche a las 2 de la madrugada en Le Mans, tenía que marcar tiempos para mantenerme al frente, cuidando de no dañar nada; hay que ser perfecto, no es fácil. Como gerente, preparas al equipo con antelación rodeado de las personas idóneas; debe haber buena sintonía y que todo funcione en conjunto.»

Paola Depalmas / La #18 está en la lucha por el título en ELMS.

Una opinión que comparte Nicolas Lapierre, quien siguió una trayectoria parecida: piloto y después director deportivo en Alpine, además de dirigir CLX Motorsport. «Estoy muy bien rodeado. Tengo un buen gestor de equipo, un excelente director deportivo, y mi padre se ocupa junto a mí de toda la parte financiera y administrativa», revela el ex piloto de Alpine.

Un sabor distinto a la victoria

En el garaje, las sensaciones son completamente diferentes. Lo que sucede en la pista y los resultados no se viven de la misma manera. Esta temporada, IDEC Sport se llevó tres de las cinco carreras iniciales de la ELMS. Tres momentos de gloria para el conjunto francés y tres escenas de júbilo. Sin embargo, el sabor de la victoria no es igual para el manager. «No es lo mismo. No hay nada comparable cuando eres piloto. Estás solo dentro del coche. Aunque cuentes con un equipo, te juzgan por tu rendimiento y por tu actitud fuera del coche. Si tuviera a un piloto que va rápido, pero que resulta difícil de llevar a su lado, no lo pondría. Me gustan las personas humildes. Tengo un equipo de guerreros; es la pasión la que te hace trabajar», resume Minassian.

Por supuesto, la victoria es fundamental para él. Pero hay otros aspectos que también cuentan: la progresión de sus pilotos. Su satisfacción reside en verlos evolucionar, acompañarlos en ese camino… «Guío a mis pilotos para que suban peldaños y cometan lo menos de errores posible, para que consigan contratos profesionales. Amo a todos mis pilotos. Cuando los veo partir y triunfar, me alegro.»

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