¿Quiénes Somos? - Contáctenos

George Russell dice que éramos lentos hasta la muerte

Un domingo que se convirtió en pesadilla para Mercedes

El fin de semana en Imola fue, sin duda, uno de los más difíciles de la temporada para el equipo alemán Mercedes. La escudería de Daimler logró sumar apenas siete puntos, gracias a la séptima posición de George Russell. Este resultado, lejos de ser satisfactorio, dejó a los ingenieros y al piloto británico llenos de frustración. Russell expresó claramente su descontento, afirmando que sus monoplazas estaban «muertos de lentitud» en esa jornada. Este diagnóstico se debe, en gran parte, a las altas temperaturas que se registraron en el circuito de Imola, las cuales tuvieron un impacto muy negativo en el rendimiento de los monoplazas alemanes.

A pesar de los inconvenientes, las cosas habían empezado de manera esperanzadora en el fin de semana en la región de Emilia-Romagna. En clasificación, Kimi Antonelli, con su e Tour a casa, solo pudo obtener la posición 13, una actuación discreta. Sin embargo, Russell logró un resultado destacado, consiguiendo un tercer puesto tras marcar un tiempo con neumáticos medios. La mejora en clasificación hizo que las expectativas fueran altas, pero la carrera mostró un escenario muy diferente y difícil para Mercedes. Tras una buena salida –en la que el ex piloto de Williams pareció pelear por el liderazgo con Piastri–, la situación se tornó complicada cuando Verstappen logró adelantar a ambos pilotos en la salida exterior, dejando a Mercedes sin ritmo y sin posibilidades de mantener el mismo nivel de rendimiento durante toda la carrera.

El ritmo de la carrera se desplomó ante neumáticos que se calentaban demasiado

Durante varias vueltas, Russell intentó resistir el embate de Lando Norris, otro piloto británico, pero sin éxito. Después, optó por ingresar a boxes para cambiar a neumáticos duros, estrategia que tampoco rindió frutos, ya que su monoplaza no logró encontrar la configuración adecuada en ese momento. Finalmente, culminó en la séptima posición, un resultado que generó mucha insatisfacción en el piloto, especialmente considerando que hasta ahora sus actuaciones en carrera lo habían colocado consistentemente en los primeros cinco lugares. Según Russell, su bajo rendimiento no fue un problema de estrategia, sino más bien una cuestión de falta de ritmo. En sus propias palabras: «No, esto no fue por mala suerte; simplemente éramos demasiado lentos. No es la primera carrera en la que somos más lentos que Ferrari, o incluso más lentos que Williams, e incluso igual de lentos que ellos, pero en otros fines de semana logramos sacar resultados positivos. Hoy, en realidad, tuvimos mucha suerte de terminar en P7”.

El piloto también explicó que gran parte de la causa de esa pérdida de rendimiento fue el calor extremo que se vivió en el circuito ese día. Estas altas temperaturas ya causaron problemas en Mercedes en temporadas anteriores, y ahora parece que esos inconvenientes aún persisten. Russell comentó: «Las tendencias son bastante claras: cuando hace calor, nuestro coche es lento; cuando hace frío, funciona mejor, y eso ya lo vimos el año pasado. Hemos probado diferentes configuraciones para solucionar el problema, pero claramente hay una cuestión más profunda en la base del coche». Además, el británico de Mercedes manifestó que advirtió a su equipo sobre un problema desde el momento en que salieron a la formación de la parrilla. Sin embargo, a pesar de su aviso, los ingenieros no lograron identificar exactamente cuál era la causa que afectaba al monoplaza.

Un problema persistente que requiere soluciones inmediatas

En declaraciones a Sky Sports F1, Russell expresó: «Era muy extraño. Desde las vueltas de formación, notaba que algo no funcionaba bien en el coche y pensaba que podía haber un fallo. El equipo revisó todo, pero no encontró nada. Sin embargo, esa sensación persistió por unos sesenta minutos. Tenemos un problema fundamental en el monoplaza, porque o se sobrecalientan las ruedas delanteras, o las traseras. Pero no es la primera vez que lo señalamos, y probablemente sea la primera en la que todos los equipos competidores lograron tener una carrera que más o menos salió bien».

Mercedes deberá trabajar rápidamente para solucionar estos inconvenientes, especialmente en vista de la llegada de temperaturas cada vez más altas en los circuits, comenzando por el próximo Gran Premio de Mónaco, que se disputará este fin de semana. Curiosamente, Mercedes no ha subido al podio en Mónaco desde 2019, y este es otro de los retos que deberá afrontar para mejorar su rendimiento en las carreras en condiciones climáticas adversas.