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Una temporada que solo puede ser positiva para Vanina Ickx y su regreso a la competición.

Al concluir su temporada en Michelin Le Mans Cup, Vanina Ickx hace un balance de su regreso a la escena competitiva. La piloto belga logró subir al podio en Spa y se adjudicó una victoria en Silverstone. En una conversación con nuestros colegas de Endurance Live, compartió sus impresiones y sensaciones sobre este año particular.

¿Puede explicarnos cómo fue su regreso a la competición este año?

Fue una casualidad afortunada, totalmente inesperada. Recibí una llamada de las Iron Dames para realizar una prueba que tendría que ver con la temporada 2025. Pedí que repitiesen la pregunta un par de veces, porque realmente no me lo esperaba. No pude decir que no, porque para mí representaba una oportunidad increíble de volver a la pista con un coche al frente de la tecnología. Contra todo pronóstico, el ensayo fue excelente y volví a competir. Son circunstancias asombrosas de rendimiento, eficiencia y avances tecnológicos, así que no se puede rechazar una invitación así.

¿Tienen una compañera de equipo más joven (Marta García); se le atribuye un papel de consejera técnica?

Para nada. Ella es quien debe enseñarme el funcionamiento de estas nuevas tecnologías. Es una nueva forma de entender la competición porque han cambiado muchos aspectos desde que dejé de participar. Incluso el manual del volante tiene 84 páginas; en mi época eso no existía. Además, las reglas de la carrera se han endurecido, con más normativas y penalidades orientadas a la seguridad. Me llevó un tiempo asimilarlas. En dificultad y complejidad, a veces conducir en pista resulta más desafiante que en la carretera, porque el código de circulación es mucho más simple que el reglamento de la competición. En medio de todo ello, Marta resulta una pieza muy valiosa.

Usted mencionó la evolución de los coches; ¿qué fue lo que le inquietó un poco más en estas máquinas modernas?

He tenido la suerte, a lo largo de mi carrera, de pilotar una gran variedad de vehículos. Inicié en turismo, pasé a GT, participé en el Dakar y luego me moví a prototipos en Le Mans. Sin embargo, había mucho menos apoyo asistido al pilotaje. El ABS, el control de tracción, han evolucionado de forma notable. Hoy todo se puede ajustar de manera precisa.

Volvamos a la temporada 2025. Si hacemos un balance, ¿cómo lo califican?

Solo puede ser positivo. Quiero destacar el trabajo de Deborah Mayer y su proyecto Iron Dames. Ella ha contribuido enormemente a abrir caminos para las mujeres en el automovilismo. Es gracias a su labor que pude volver este año. Disfruté cada vuelta, cada instante. Empecé con dudas en Barcelona y en Le Castellet, donde rozamos el podio y luego nos vimos obligadas a retirarnos de Le Mans, lo que fue un golpe duro. El podio en Spa, con un crono que guardaré para siempre, y la victoria en Silverstone, son experiencias que marcan la memoria. La victoria en Silverstone representa la culminación, pero qué emoción tan intensa.

¿Qué futuro ve para Vanina Ickx? ¿Seguirá ligado al mundo del automovilismo?

No tengo una idea clara sobre lo que vendrá después. Por supuesto, sigo con un pie en la competición y estoy abierta a nuevas oportunidades.

¿Cómo define el progreso de las mujeres en el automovilismo?

Es algo realmente notable. Cuando yo competía, era otra época; apenas había una o dos mujeres en cada campeonato. En Le Mans, a veces era la única. Hoy es difícil encontrar un campeonato en el que no haya mujeres presentes. Los equipos ofrecen cada vez más oportunidades y han comprendido que las mujeres pueden rendir tan bien como los hombres, siempre que cuenten con el equipo y el material adecuados para rendir. El avance es impresionante a todos los niveles, incluso con iniciativas como la F1 Academy, que recibe críticas, pero que representa un punto de partida necesario para animar a las jóvenes a intentarlo y demostrar a sus familias que pueden lograrlo. Es una señal muy alentadora para el futuro.

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