Tras encadenar seis títulos consecutivos en las carreras de subida, Cindy Gudet decidió dejar esa disciplina de lado para volcarse en la resistencia. La piloto francesa participa en el campeonato GT4 Europe, también compite en la Ligier European Series y, de vez en cuando, en la Ultimate Cup.
Estás en tu segunda temporada en circuitos, ¿qué balance haces hasta ahora?
Son dos mundos diferentes. Pero al final comparten un punto en común: hay que conducir un coche de carreras en un trazado con curvas. Existe, eso sí, una gestión de carrera entre varios y hay que gestionar el calentamiento de los neumáticos, algo que en la subida no hay que hacer tanto ya que los neumáticos son blandos. En la subida, se tiende a mantener un margen de seguridad porque el entorno es particular y el peligro es elevado, mientras que en un circuito hay que estar al 100% en todo momento.
¿Cómo lograste pasar de estos dos universos?
Con la experiencia. En mi primera carrera tuve un trompo en la primera curva por neumáticos fríos y, sobre todo, estuve muy bien acompañada por Yvan Muller; fue él quien me indicó cómo pasar de la cuesta al circuito. Me acompaña y me hace progresar desde hace dos años.
¿Cómo encontrar el compromiso adecuado en los reglajes cuando se comparte un coche?
Es una habilidad de adaptación. En realidad, en la subida no se puede permitirse no cambiar un reglaje, porque si no sale bien, la carrera está prácticamente perdida. Hay que adaptarse a la evolución de la pista y a las condiciones meteorológicas. En circuito, ocurre algo parecido. En equipo, hay que ser menos egoístas y pensar en la clasificación general. El primer rival sigue siendo el compañero de equipo, porque hay que superar esa frontera.
¿Tus seis títulos en la subida han jugado a tu favor en el paddock?
A ojos de los demás, diría que lo que ha atraído a Yvan para que me desarrolle también en circuitos fue ver las cámaras. Se preguntó: “¿por qué no podría hacer esto también en circuito?”. Los títulos, por sí mismos, me sirvieron para destacar en un entorno que es bastante cerrado.
Comencé en slalom, que es la parcela más amateur del automovilismo. Empecé aquí por falta de recursos. Funcionó desde el inicio y me reconocieron como una promesa en Echappement. Nicolas Schatz me llamó y le dijo que su socio quería a una chica en el equipo con una Midjet y que pensaba en mí. Tuve la suerte de contar con una temporada financiada al 100%. A partir de ahí, obtuve mi primer título en la producción.
Sin la intervención de Nicolas y de ese socio, ¿estarías aquí hoy?
Cito mucho a esas personas, pero hubo muchas personas que me ayudaron a llegar hasta aquí. Mi tío jugó un papel importante, como también mis patrocinadores. Hubo muchos intervinientes. Lo que me aportó Yvan es muy importante: me permitió encontrar mi programa actual.
En seis temporadas, has conquistado seis títulos. ¿Es cuestión de genética porque tu familia ya estaba involucrada, o es una facilidad al volante?
Hay espontaneidad, sin duda. Siempre me han apasionado los coches; practiqué kárting, aunque solo fuera de forma breve por motivos económicos. Conocía los trazados de memoria porque los adoraba. Miré muchas cámaras on board porque me atraía mucho. Cuando empecé, ya sabía bastante para mis primeras carreras.
¿La prueba de Mont-Dore ocupa un lugar especial en tu corazón?
Es una de mis favoritas, especialmente junto a Turckheim. Son dos referencias que revelan mucho; son trazados donde se ven a los mejores.
En tu juventud practicaste varios deportes de equipo. ¿Te ayudaron a lograr una preparación física óptima para el automovilismo?
Claro. Fui muy deportista cuando era niña. Luego, cuando empecé a trabajar y a compaginarlo con el automovilismo, lo fui haciendo de forma menos intensiva. Mi objetivo siempre fue ganar dinero para poder practicar el automovilismo. Más allá de la preparación física, eso me ayudó a entrenar mentalmente y a desarrollar un auténtico espíritu de competencia.
En cualquier caso, el fin último siempre fue hacer automovilismo. Todas las disciplinas me aportaron algo. Mi primer patrocinador lo encontré gracias a mi equipo de fútbol: patrocinaba las camisetas y, tras hablar con él, se convirtió en mi primer partner; otras empresas se unieron y pude financiar mis temporadas.
Entre Midjet, prototipos y ahora la Ligier, ¿dónde sientes más sensaciones al volante?
Con el último coche que tuve, la Revolt, durante las temporadas 2022 y 2023, que pesaba 500 kilos y entregaba 480 caballos con un gran aerodinamismo. En sensaciones puras de pilotaje no he vuelto a experimentar algo igual. Sin embargo, la adrenalina en pista proviene de las batallas y es muy interesante, con toda una estrategia para adelantar adecuadamente y en el momento oportuno.
¿La subida te sigue faltando?
Sí, un poco. El chute de adrenalina que se siente es increíble: corto, pero intenso. A veces me preguntan por qué sigo pensando en eso cuando ya competo en circuitos; en realidad sigo disfrutando del circuito. Pero la subida es donde empecé y es mi disciplina de corazón. Es un entorno familiar. Hoy el objetivo es evolucionar en circuito.
¿Tienes planes para 2026?
Por ahora no. El objetivo es continuar progresando tanto en mi pilotaje como en mis programas. Ya no considero la Ligier JS2R, eso es seguro. Veremos en GT4 con Matmut si continúa, porque no tengo una visión definida.
Tengo una verdadera afinidad por los prototipos, así que la idea sería encontrar un programa dentro de esa categoría. Hay que mantener los pies en la tierra y dar lo máximo.
¿Trabajas dentro del equipo para el que compites? ¿Te aporta alguna ventaja para entender las cosas?
Sí, eso aporta mucho como piloto. Hoy me doy cuenta del trabajo que hay alrededor. En realidad, aprendo mucho sobre la organización, la mecánica y la gestión de un equipo, y eso ayuda a convertirme en una piloto más completa. La dimensión de un programa es útil cuando un piloto se da cuenta de ello.
Se suele poner al piloto en el centro, pero hay todo un equipo detrás y, sin ello, el piloto no podría hacer nada.
¿Qué consejos darías a un piloto con pocos medios para lograr hacerse un hueco?
Hablando claro, no es fácil. Hay que ser muy dotado para triunfar, porque si no se cuenta con medios, es difícil. Hay que aprovechar las oportunidades y crearlas. Mostrar motivación y demostrar talento al volante para conseguir programas oficiales.
¿Cómo aprendiste todos estos circuitos europeos?
En simulador he visto muchas cámaras a bordo. La ventaja es que uno llega a circuits conocidos. Seguir el automovilismo por la televisión ayuda. Con los videojuegos, se pueden tomar referencias y ahorrar tiempo.