Sorpresivamente, la gama Mercedes Clase G se enriquece con una variante diésel. Evidentemente, es desproporcionado con respecto al icónico vehículo todoterreno y no lo hace económico en modo alguno.
Los nuevos productos de Mercedes no podrían ser más comunes dada su amplia gama. Las nuevas características en la Clase G son mucho más raras, y eso es quedarse corto. Por ejemplo, tuvimos que esperar casi 40 años para que el primero del nombre diera paso a toda una nueva generación. Lanzada en 2018, la Clase G nos dejó inicialmente sólo la posibilidad de elegir entre dos motores, dos V8 de gasolina de altas prestaciones de 449 CV y 585 CV (G500 y G63 AMG)… y con una marcada inclinación por el alcohol. Más recientemente, hizo su revolución incorporando por primera vez en su historia cuatro motores eléctricos que permiten a este monstruo de la carretera escapar de la penalización siendo el más potente de la Clase G con 587 CV.
Para todos aquellos que todavía no han encontrado lo que buscan, la marca Star ahora lo completa todo con una variante diésel disponible desde hace mucho tiempo en otros mercados. El regreso de un motor diésel puede hacerte sonreír estos días pero, en un modelo como este, es la seguridad de tener un radio de acción finalmente digno.
El Clase G más barato, antes de la penalización
Este Mercedes Clase G 450d nos hace retroceder unos años con su gran motor diésel 3.0 de 6 cilindros y 367 CV Asociado a una transmisión automática de 9 velocidades. Sin embargo, para limitar al máximo las emisiones de CO2, se beneficia de un microhibridación con alternador-arranque de 48V. ¿Es esto suficiente para evitar lo peor? No. Con emisiones entre 227 y 261 g/km de CO2 según versión, está sujeto a la pena máxima de 70.000 €…que pronto ascenderá a 80.000€.
Su autonomía con el depósito lleno, su principal ventaja
De hecho, a pesar de una precio base de 161.951€lo que lo convierte en el más barato de la Clase G, aún supera al G580 eléctrico, incluida la penalización. La factura final asciende a 231.957€o 47.006 € más que la variante de cero emisiones. Eso sí, con menor consumo que sus primos de gasolina y lo mismo tanque de 100 litrosNingún otro Clase G puede presumir de haber llegado tan lejos con el depósito lleno. Ésta es su principal ventaja.
Irrazonable
Si bien es el más lento de la Clase G, las prestaciones siguen siendo muy sólidas con De 0 a 100 km/h en 5,8 segundoso 0,4 s menos que el G500, que sin embargo desarrolla una caballería mucho mayor. En cuanto a la velocidad máxima, te permite tomar la Autobahn sin pensarlo dos veces con 210 kilómetros por hora. Su última ventaja, una pareja gigantesca (750 Nm) más cerca del G63 (850 Nm) que del G500 (560 Nm), algo que los que cruzan apreciarán. Un motor extraordinario para un vehículo extraordinario. Una incorporación muy extraña a pesar de todo, pero que sin duda se explica por el deseo de Mercedes de dirigirse a una nueva clientela.