Tras haber pasado solo dos semanas desde el ePrix de Tokio, que consolidó la supremacía de Oliver Rowland en la clasificación general del campeonato, la ciudad de Shanghái se prepara para acoger este fin de semana las décima y undécima carrera de la temporada. La pista, que combina curvas rápidas con sectores sinuosos, presenta un desafío particular para los pilotos, quienes deben ajustar perfectamente sus monoplazas para lograr colocaciones destacadas y aspirar a la victoria.
China como escenario emblemático para la historia de la Fórmula E
China puede considerarse un país pionero en la historia de la Fórmula E, ya que fue el escenario de la primera carrera oficial de la disciplina en toda su existencia. La inauguración fue el 13 de septiembre de 2014 en la capital, Pekín, en un trazado que rodeaba el Estadio Olímpico, conocido popularmente como «el Nido», y que había sido escenario de los Juegos Olímpicos de 2008. Ese primer ePrix de Pekín fue ganado por Lucas di Grassi, piloto de Audi, quien triunfó en aquella memorable primera edición.
Al año siguiente, otra competencia se organizó también en Pekín, en el arranque de temporada. En esa ocasión, el vencedor fue Sébastien Buemi, conduciendo un monoplaza de Renault e.dams. La ciudad reafirmaba su importancia para el campeonato, siendo testigo de diversas modalidades del racing eléctrico en distintas temporadas.
Posteriormente, en las temporadas 3 y 4, la atención se desplazó hacia Hong Kong, donde también se disputó una carrera inaugural. En ambas ocasiones, fue el piloto suizo quien dominó en esa ciudad con más de siete millones de habitantes. La temporada siguiente, Hong Kong albergó dos eventos separados, con dos ganadores diferentes: primero Sam Bird, pilotando para DS Virgin Racing, y luego Felix Rosenqvist con Mahindra.
En 2019, la escena china se amplió para incluir la ciudad de Sanya, que acogió su único ePrix hasta la fecha. En esa temporada, Edoardo Mortara, en un Venturi, y Jean-Eric Vergne, en un DS Techeetah, se coronaron vencedores en las carreras en territorio chino.
El año pasado, Shanghái se convirtió en la cuarta ciudad del país en albergar una ronda de la Fórmula E, con su circuito urbano. Los ganadores en esa oportunidad fueron Mitch Evans, con Jaguar, y Antonio Felix da Costa, en un Porsche, marcando un hito en la historia del certamen en esa localidad.
Un circuito que combina tradición y desafío específico para la FE
El circuito internacional de Shanghái, que se inauguró en 2004, ha sido sede de múltiples competencias de renombre internacional en diversas disciplinas automovilísticas. Entre ellas, destaca la Fórmula 1, que desde ese año organiza el Gran Premio de China en esa misma pista, así como el Campeonato Mundial de Resistencia, en el que se han disputado varias ediciones de las 6 Horas de Shanghái.
Sin embargo, la ruta utilizada por la Fórmula E difiere de estos trazados tradicionales. La pista eléctrica tiene una longitud de 3,05 kilómetros, está compuesta por 12 curvas y se caracteriza por aspectos que favorecen las largas rectas y las curvas rápidas. La disposición y el diseño del circuito exigen precisión y estrategia por parte de los corredores.
Los dos primeros virajes, que constituyen una especie de sello distintivo de esta pista, consisten en una larga curva a la derecha que se cierra progresivamente hasta llegar al tercer giro, justo antes de la primera recta principal. Los pilotos podrán aprovechar el frenado en la horquilla del giro 6 para recargar energía, antes de afrontar las dos curvas rápidas en los virajes 7 y 8.
La sección final del trazado combina velocidades menores, con una serie de tres curvas, incluyendo una chicana, con la línea recta que da comienzo y final a la vuelta. Este segmento exige un equilibrio entre manejo y eficiencia, que puede marcar la diferencia en la clasificación final.
Oliver Rowland, un favorito firme para la victoria
Con siete carreras por disputarse en esta temporada, todo parece indicar que el campeonato tiene en Oliver Rowland y su coche Nissan a los principales pretendientes al título. El piloto británico ha mostrado una consistencia extraordinaria, demostrando que su monoplaza se adapta de manera excelente a todo tipo de circuito en el calendario. Hasta ahora, en nueve mangas disputadas, Rowland ha llegado en primer o segundo puesto en todas, salvo en dos ocasiones, cuando no logró subir al podio y culminó fuera de los lugares de honor.
Los principales rivales que podrían ponerle en dificultades son los pilotos de Porsche, aunque su irregularidad en esta temporada les ha jugado en contra en varias oportunidades. La constancia y el rendimiento de Rowland le confieren una ventaja clara en la lucha por el campeonato, pero no se puede descartar ninguna sorpresa.
Por otra parte, la duda o la esperanza de una inesperada candente puede provenir de un ex campeón mundial. Tras el desempeño de Sébastien Buemi en Mónaco y Stoffel Vandoorne en Tokio, ahora podría ser el turno de Jean-Eric Vergne y su DS Penske, quienes podrían poner en jaque la hegemonía del líder en las próximas carreras.
Las dos emergentes competencias del ePrix en Shanghái están programadas para el Sábado 31 de mayo a las 9 horas y el domingo 1 de junio a las 9 horas (hora local francesa), ofreciendo una oportunidad perfecta para que los pilotos intenten consolidar sus aspiraciones y para que los fanáticos vivan con intensidad este emocionante capítulo del campeonato eléctrico.